¿Sabías que tus fantasías
sexuales son muy importantes para tu vida sexual y de pareja? El deseo sexual
aumenta cuando en nuestro imaginario tenemos hueco para la erótica y
comunicarlo a nuestra pareja puede mejorar la relación íntima. Al deseo sexual
hay que darle de comer con temas eróticos (fantasías, relatos, películas,
práctica…) para que se haga grande.
La mayoría de las personas (en
especial mujeres), sienten vergüenza por reconocer el contenido de las
fantasías sexuales, pues muchas de ellas no están bien vistas socialmente. Los sueños
eróticos también son un tema tabú, especialmente si aparecen personas que no
son la pareja, pues sentimos que estamos siendo infieles (ocurre lo mismo si
fantaseamos con otras personas).
En este punto, hay que
diferenciar fantasía sexual y deseo sexual. En una fantasía, te imaginas algo
que no va salir de tu cabeza y que, quizás, si saliese y lo llevases a cabo, no
sería agradable. El deseo sexual, sin embargo, activa al organismo para
conseguir aquello que es objeto de nuestro deseo.
Son muy frecuentes las fantasías
en las que las mujeres somos violadas, por ejemplo; pero no por ello, debemos
sentirnos mal. Evidentemente, nadie quiere ser agredida sexualmente, pero en
nuestra fantasía, elegimos las circunstancias, al violador y la causa del acto
(somos sexualmente irresistibles). Fantasear con personas del mismo sexo
tampoco significa que dudemos de nuestra orientación sexual. Nuestra imaginación
no tiene límites y en nuestra cultura nos han inculcado el “pecado de
pensamiento”, haciéndonos creer que si lo pensamos, es porque queremos llevarlo
a cabo; y nada más lejos de la realidad.
Fantasías y sueño eróticos son
parte de una sexualidad sana y es normal que en ellas aparezcan toda clase de
objetos y personas. Normalicemos nuestras fantasías; háblalo con tu pareja o
amigas (descubrirás que no eras la única que fantaseaba con eso, quizás). Y tú,
¿me cuentas tus fantasías eróticas?
XXX
Leire