¿Discutes mucho con tu pareja? ¿no
discutes absolutamente nada? En ambos casos, seguro que hay cosas que mejorar.
Convivir o compenetrarse con otra persona lleva inevitablemente a conflictos,
más o menos graves, que hay que saber solucionar. Y es que una pareja sana no
es aquella que nunca discute, sino la que resuelve sus disputas de forma
efectiva y asertiva.
Una causa de conflicto puede ser
que la relación ya no tenga el valor reforzante que tenía al principio para
alguno de los miembros. Es decir, ya no vale la pena. Puede que esto suceda por
diversas razones, como la desaparición del efecto novedad, por saciación o por
cuestiones personales de alguno de los miembros.
Otra causa de conflicto que
predice la disolución de la pareja es la frustración de expectativas. Cuando
dos personas comienzan una relación de pareja se crean, cada una de ellas, unas
expectativas no reales. Estas expectativas provienen de la sobregeneralización
de situaciones en la que ambos ya han interactuado (espero que mi pareja trate
con cariño a nuestro futuro hijo porque le he visto interactuar de forma
cariñosa con su sobrino de tres años) y de la educación que cada miembro haya
recibido de su familia de origen (en casa de uno se deja la tapa de váter
bajada de toda la vida y en casa del otro, la tapa se queda como esté, por
ejemplo). No hay una opción mejor que otra, solo hay que aprender a detectar
los puntos de discrepancia y aprender a negociar soluciones.
La pareja siempre debe ser la
prioridad; esto no significa dejarlo todo por tu pareja, sino que la tengas en cuenta
en todo lo que hagas. Si aparecen actividades u objetos reforzantes sólo para
uno de los miembros de la pareja y se deja de lado al otro (trabajo, aficiones,
hijos, amantes, adicciones…), aparecerán los conflictos. La soledad de uno de
los miembros, tener vidas paralelas ajenas a la pareja y resolver los problemas
solo, sin contar con el otro son variables que predicen la disolución de la
pareja.
Muchos de los grandes conflictos
que tiene una pareja han empezado poco a poco y se han cronificado porque se ha
normalizado esa forma de interacción. No menosprecies un problema de pareja
porque causa mucho sufrimiento e influye en el día a día de la persona; hay
expertos que os pueden ayudar dándoos herramientas de solución de problemas que
podréis ir aplicando en vuestra vida cotidiana.
XXX
Leire
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